Miedo al 13 de David Sington es un documental sobre un hombre condenado a la pena de muerte por un asesinato. La película es narrada por Nick Yarris, el prisionero,  que de una manera muy interesante va contando, no necesariamente de una manera crónica, su historia y cómo llegó a estar en la cárcel en espera de su muerte por 20 años. En cierta forma, la trama no suena ni complicada ni muy interesante, sin embargo este documental es muy exitoso al contar su historia.

El documental comienza con Nick Yarris contando a las cámaras su perspectiva sobre el tiempo. Nick nos cuenta cómo el tiempo cambia cuando estás encerrado. Nos dice que el reloj es como un calendario pues los años transcurren de una manera rápida, pero al mismo tiempo si te asomas afuera el trayecto del sol puede parecer interminable. Yarris nos cuenta su historia a través de una combinación de narrativa lineal y memorias llenas de emociones. El prisionero, vamos aprendiendo, tuvo que enfrentar muchos problemas en la cárcel y a través de esto se propuso aprender a leer. Esto fue su salvación pues lo permitió, en cierta manera, escapar lo que estaba viviendo, pero también le permitió tener esperanzas. El preso nos cuenta sobre su inmersión en los libros y cómo fue aprendido cosas. A través de estas lecturas, Nick pudo acumular un vocabulario muy grande y aprendió a estructurar su historia de una manera que es muy visible en el documental; su narrativa es bella y no cansa. La película es simple pues no hace uso de más métodos que el narrador y unas imágenes sencillas de lo que podría ser su imaginación. Sin embargo, esto es lo único que se necesita; el director fue suficientemente inteligente para reconocer esto, pues si hubiera utilizado otras técnicas o narradores le hubiera quitado significado a la película.

Este documental aunque sencillo es el que más se quedará conmigo. Lo mejor del documental es su uso del narrador y la edición de la narrativa. Esta película nos comprueba que hay veces que lo simple es mejor que lo complicado.