La obra abre en el mundo ocupado de los juzgados argentinos. El protagonista, Armando, protagonizado por Germán de Silva, tiene sus prioridades y los demás no le importan. Pide un favor a la encargada de los casos y se lo concede con la condición de que tome un caso de un asesinato, el caso de un carnicero. El descuartizar de una vaca es una arte precisa. Los cortes son finos y exactos, la carne fuerte y pesada. El cuchillo siempre debe de estar tan filoso como sea posible, tan filoso como para cortar a alguien. Una cuchillada incorrecta y una porción pierde su propósito, si no es filoso la herida no será fatal. Al final del día, igual en la corte que en la carnicería, las tranzas son la orden del día.

Hermógenes, interpretado por Joaquín Furriel, es un aprendiz de carnicero. Su jefe le va enseñando los trucos del oficio, por ejemplo darle a la carne vieja un color saludable, convertirla en chorizo o lavarla con vinagre y agua para quitarle el mal olor. Un día trabajando, le cae la suerte que “El Patrón” le da oportunidad de encargarse de una carnicería.

La historia salta entre los eventos previos al asesinato y los eventos durante la investigación del supuesto asesinato. Las escenas previas al asesinato ayudan a pintar una foto de los hechos y circunstancias de la posibilidad y sus razones. Los eventos después, ilustran como el abogado poco a poco se van enredando en la trama del asesinato. La película nos trae un mensaje muy común en muchos países latinoamericanos:

¿Quién se merece un juicio justo? ¿Y, que es un juicio justo? ¿Será la justicia posible para todos?

La actuación de Joaquín Furriel, es maravillosa. Cada escena en la que es puesto es totalmente creíble y el papel le queda como anillo al dedo. Aunque no había escuchado de la película antes de verla, me quedé muy gratamente sorprendido. La película es una de muchas nuevas películas de suspenso argentinas, solo me falto ver a Ricardo Darín, pero no sigue el modelo que muchas de las otras películas siguen. La película es original y te deja descubriendo cosas nuevas en cada esquina. La película está llena de actuaciones con una fuerza que no es fácil de igualar. La historia es simple, pero el mensaje no lo es.

Abiertamente, les recomiendo la película, pero con una condición, si están dispuestos a no comer carne por un tiempo largo, pues la película les ayudara en esa travesía. Les abrirá los ojos tanto a las injusticias de la sociedad, como las prácticas horribles que muchos de los carniceros practican. Y no hay que pretender, la verdad, muchas de las cosas si funcionan así.

La película funciona en muchos niveles y siempre mantiene a la audiencia en el filo de su asiento. Funciona en muchos aspectos y vale la pena gastar el dinero para verla.